Neuropatía periférica
La neuropatía periférica se refiere al daño al sistema nervioso periférico, que lleva todos los mensajes al cerebro. Los nervios periféricos, cuando están dañados, no pueden llevar mensajes distorsionados al cerebro desde las extremidades.
Los síntomas pueden incluir entumecimiento, picazón, ardor, parálisis, falta de sudoración normal, deterioro de la función sexual, fluctuación de la presión arterial e incluso insuficiencia orgánica. Cada nervio periférico tiene asignada una función importante y el problema surge cuando estos nervios están dañados.
Las investigaciones muestran que hay más de 100 tipos de neuropatías periféricas. Los nervios motores controlan las acciones musculares como caminar y hablar. Los nervios sensoriales ayudan a reconocer un toque suave o un corte, y los nervios autónomos controlan acciones involuntarias como la respiración, los latidos del corazón y la digestión de los alimentos. La neuropatía puede afectar las tres clasificaciones, pero en la mayoría de los casos afecta solo a una o dos. Los médicos utilizan términos como neuropatía predominantemente motora o neuropatía predominantemente sensorial para expresar el estado del paciente.
Los síntomas varían según el tipo de nervio dañado. Si se trata de un nervio motor, podrían producirse músculos débiles o calambres dolorosos. Si un nervio sensorial está dañado, es posible que el paciente no pueda experimentar el tacto, sentir como si estuviera usando un guante aunque no lo lleva, no puede reconocer formas pequeñas al tocarlo o no puede ponerse de pie cuando tiene los ojos cerrados. Si el nervio dañado es un nervio autónomo, entonces puede poner en peligro la vida. La respiración podría volverse difícil, los latidos del corazón irregulares; podría desmayarse al pasar de estar sentado a estar de pie. Los síntomas gastrointestinales pueden ser un complemento de la neuropatía autonómica, cuando se dañan los nervios que controlan los músculos intestinales. Podría provocar estreñimiento, diarrea o problemas para comer y tragar.
Las causas de la neuropatía periférica incluyen lesiones (p. ej., accidentes automovilísticos), enfermedades sistémicas (p. ej., diabetes), infecciones virales o bacterianas y afecciones genéticas. El diagnóstico de neuropatía periférica es difícil ya que los síntomas son caprichosos. El médico debe realizar un examen físico completo, tomar el historial del paciente y anotar el ambiente de trabajo, las actividades generales, etc. Existen tratamientos para la neuropatía periférica, pero aún no existe un tratamiento para la neuropatía hereditaria. En general, lo más importante es mantener hábitos saludables como evitar el alcohol y dejar de fumar, ya que estos obstaculizan los vasos sanguíneos que proporcionan los nutrientes. El control del peso, el ejercicio, una dieta equilibrada y la eliminación de las deficiencias vitamínicas ayudan a prevenir la neuropatía periférica.
Neuropatía periférica